Una entrada espectacular.
Como decia la senora Nulfa Reales "Ya ese viaje se fue asi"; no es tan facil aceptarlo pero prefiero ya escribirlo, tal vez esta sea una de tantas maneras de exorcisar fantasmas y penas; a ver si esta tecnica resulta y por fin el -despiste deje de parecer un mal- y contar la historia haga que ese nommo de no se que hechura me abandone por fin.
Esto paso un 12 de noviembre, llegaba de la Gare de Austerlitz via Picasso/ Bobigny a hacer cambio en la estacion de la Republic. Llevaba una bolsa cruzada y el sleeping bag y note que me faltaba algo... pues si, deje la mochila en el vagon de atras de el metro... me afane por la simpleza que habia dejado el pasaporte, me acerco a la entrada del metro donde venden los billetes en la estacion de la Republica y aviso "como si soy la afectada", y les cuento que en el vagon de atras de el metro, deje olvidado mi "sac a dos" o mochila como decimos nosotros o morralito etc. Bien la sra de recepcion comprueba que si, que encontraron una morral y que este habia paralizado el trafico por unos minutos.... pense en los bolsos con la misma apariencia y el caso de los atentados, pero mi despiste iba mas lejos... pues las preguntas se subian de nivel, si llevaba una etiqueta de avion y no no era una etiqueta de avion sino de tren, el pasaporte decia un nombre y la etiqueta otro etc. Debia entonces ir a la Gare d'est por mi morral. Contenta por encontrarlo y de nuevo antes de que me lo entregaran tuve que explicar lo que habia adentro: Unos cuadros firmados con mi nombre, el pasaporte, unas plumas que habia recogido de los patos del Monasterio y otros papeles de menos importancia; lo que creo sucito mas la intriga fue lo de las plumas; pues ademas me iban a hacer firmar casi que una penitencia en plata por haber sucitado semejante alarma. El tiempo que me retuvieron estaban examinando si la clase de bromista les iba a formar el escandalo, pasan los minutos veinte o mas y seguian indagando y discutiendo; por fin la persona que estaba al servicio se dio cuenta que lo mio no era una broma, que ustedes saben, no soy del estilo de hacer pasar un mal rato a nadie. Me habia ido de Paris un cuatro de noviembre cuando estallo fuertemente los escandalos de la Banlieu y yo estaba en un encuentro interrreligioso, en un monasterio a sesenta kilometros de Orleans, Judios, Musulmanes, Catolicos y Cristianos; celebrando un sabath con una Rabin que profesa en Nueva York de origen frances y todos hablando de como nos unia a todos Abrahham y los demas eran pendejadas. Luego al regresar me entero de la bicoca de seguridad y de que justo el dia que llegue hacia casi dos dias que habian implantado una ley mas Jod... fregada que la zanahoria.
Los dias en el monasterio me sirvieron para tomar fuerzas porque sabia que la "entrada no la tenia facil" habia llamado para conectar con una pareja que habia dejado su lugar y me lo podian ceder por un mes, no me podia quedar mas tiempo en el monasterio simplemente porque tenia ya una exposicion, el 19 inaguraba y debia estar al tanto de las invitaciones. Bien recuperada mochila y pasaporte entonces busco el sitio donde quedarme y si... son las en punto y en la av Nueva York en todo al pasar oigo una voz con acento Nor americano que exclama con entusiasmo Oh my good!, no era un atentado sino la torre que se iluminaba. Al llegar a el pequeno espacio que me dejan en la ventana veo a Oh my good enfrente, es tarde y se ve cada hora iluminada. Definitivamente si tengo que escoger, creo prefiero una entrada menos espectacular.
Magali Reales
Esto paso un 12 de noviembre, llegaba de la Gare de Austerlitz via Picasso/ Bobigny a hacer cambio en la estacion de la Republic. Llevaba una bolsa cruzada y el sleeping bag y note que me faltaba algo... pues si, deje la mochila en el vagon de atras de el metro... me afane por la simpleza que habia dejado el pasaporte, me acerco a la entrada del metro donde venden los billetes en la estacion de la Republica y aviso "como si soy la afectada", y les cuento que en el vagon de atras de el metro, deje olvidado mi "sac a dos" o mochila como decimos nosotros o morralito etc. Bien la sra de recepcion comprueba que si, que encontraron una morral y que este habia paralizado el trafico por unos minutos.... pense en los bolsos con la misma apariencia y el caso de los atentados, pero mi despiste iba mas lejos... pues las preguntas se subian de nivel, si llevaba una etiqueta de avion y no no era una etiqueta de avion sino de tren, el pasaporte decia un nombre y la etiqueta otro etc. Debia entonces ir a la Gare d'est por mi morral. Contenta por encontrarlo y de nuevo antes de que me lo entregaran tuve que explicar lo que habia adentro: Unos cuadros firmados con mi nombre, el pasaporte, unas plumas que habia recogido de los patos del Monasterio y otros papeles de menos importancia; lo que creo sucito mas la intriga fue lo de las plumas; pues ademas me iban a hacer firmar casi que una penitencia en plata por haber sucitado semejante alarma. El tiempo que me retuvieron estaban examinando si la clase de bromista les iba a formar el escandalo, pasan los minutos veinte o mas y seguian indagando y discutiendo; por fin la persona que estaba al servicio se dio cuenta que lo mio no era una broma, que ustedes saben, no soy del estilo de hacer pasar un mal rato a nadie. Me habia ido de Paris un cuatro de noviembre cuando estallo fuertemente los escandalos de la Banlieu y yo estaba en un encuentro interrreligioso, en un monasterio a sesenta kilometros de Orleans, Judios, Musulmanes, Catolicos y Cristianos; celebrando un sabath con una Rabin que profesa en Nueva York de origen frances y todos hablando de como nos unia a todos Abrahham y los demas eran pendejadas. Luego al regresar me entero de la bicoca de seguridad y de que justo el dia que llegue hacia casi dos dias que habian implantado una ley mas Jod... fregada que la zanahoria.
Los dias en el monasterio me sirvieron para tomar fuerzas porque sabia que la "entrada no la tenia facil" habia llamado para conectar con una pareja que habia dejado su lugar y me lo podian ceder por un mes, no me podia quedar mas tiempo en el monasterio simplemente porque tenia ya una exposicion, el 19 inaguraba y debia estar al tanto de las invitaciones. Bien recuperada mochila y pasaporte entonces busco el sitio donde quedarme y si... son las en punto y en la av Nueva York en todo al pasar oigo una voz con acento Nor americano que exclama con entusiasmo Oh my good!, no era un atentado sino la torre que se iluminaba. Al llegar a el pequeno espacio que me dejan en la ventana veo a Oh my good enfrente, es tarde y se ve cada hora iluminada. Definitivamente si tengo que escoger, creo prefiero una entrada menos espectacular.
Magali Reales
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