viernes, diciembre 30, 2005

Fiction 36

Partieron de la tierra de la rosa superflua, al desierto de la orden de la primera tierra; el encuentro estaba previsto en una sierra nevada región que hace parte del sistema de los Andes, no cabia en la cabeza que después del tiempo desde que la hermandad blanca existe, se enfretarian la guerrilla y otros que reclamaban la tierra; el corazón del mundo y sus guardianes desplazados de nuevo por el odio de los hombres. Es por esto que desde este punto del planeta no se podria alimentar el alma de la rosa que habia devenido insulsa y banal, como el ombligo del mundo localizado en el Himalaya se habia desintegrado. Los Magos decidieron cambiar el lugar del encuentro al desierto de Mauritania; darse cita sin que los magos negros sospecharan, de saberlo harían como siempre, crearían dudas, interrumpirían el silencio haciendo miles de preguntas, su misión era en definitiva la de sabotear el viaje. El encuentro no se podía aplazar; las esperanzas estaban minadas, el corazón del mundo estaba tomado sus guardianes perseguidos en peligro de muerte, habia que actuar sin remedio. Después de tantos ayunos sus cuerpos estaban ligeros, plenos de la luz de la divinidad que los potenciaba en el peregrinaje, las almas se reconocían entonces unas a otras, por aquella sensación de gozo que se sentía en el estomago, un revolotear de mariposas, unas ganas de reir con la fuerza de los pequeños; luego de tantos suplicios sólo por ese momento, había valido la pena y lo que había detrás se borraba de la memoria...basura, desechos, sentimientos confusos sin proyección, ni bondad. Finalmente cerca de tres millones de almas de viejos y nuevos magos, venidos de las galaxias próximas y de planetas cercanos, se habían dado cita en un lugar de la tierra. Magali Reales