sábado, julio 18, 2009

ficcion 33 o los hombres de venus

ficción 33

los hombres de venus adoran a las mujeres son bellos y pacíficos, los hijos de venus son mis preferidos decía agatha. fue esta la primera gran división que surgió entre lemurianos y venusinos cuando agata se decanto por uno de estos grandes hombres plenos de belleza y espiritualidad, grandes en tamaño, grandes en nobleza. los venusinos eran dueños de las verdades más simples que solo seria dominio de los músicos y pintores, porque el hombre traicionó a su niño el que conducía a las esferas a la comunicación con los ancestros y con la vida permanente, eterna de las estrellas.

agatha se dio cuenta que no valía asumir su rango en la tierra, si la guerra era también contra los venusinos…ya se dibujaba lo que se esperaba, si todos los valores estaban reversados como decía tracy chapman “..guerra es paz y paz es guerra” nada arreglaría esto. dejaría por enésima vez este mundo, pasaría como se pasa en el estado de las confluencias donde los reinos se encontraban para aumentar las esperanzas, pero no buscaría investirse; asumir un trono…no estaban los tiempos para fanfarrias, ni fiestecitas: lo había decidido, pasaría desapercibida por seres de este mundo; crecerían asi las esperanzas de transformación? Volveríamos sobre los senderos del reino? Tal vez no, pero si el más grande dio la vida por nosotros, para ella no sería un terrible sacrificio vivir como una más…ella sabía que existía a la luz de un tiempo lejano, cuando eran otras las ordenes. entonces cualquier mujer del mundo podía ser ella.

el reino de ella y de otros nobles que había pasado por esta tierra no les pertenecía, no eran de este mundo. ser emperatriz de las estrellas, en la miríada de millones de millones de estrellas y galaxias es un titulo más. ella en el registro del alma es tan pequeña como la conciencia de una niña de tres o cuatro años, solo con la memoria de unos cuantos miles de años; se preguntaba entonces si era tal vez la criatura más antigua que habitaba el planeta, probablemente no, tal vez estábamos esparcidos solo y por instinto nos reuniríamos y nos reconoceríamos. esta tal vez sería la última aventura que nuestro bello mago nos hacia vivir , para hacernos humildes, humus-tierra a su imagen y semejanza.